Desde niño temía que al regresar del pueblo natal de mis padres me robaran y esas ideas siempre atacaban mi mente los días domingos, que eran los días que retomabamos el camino a casa. La idea del señor del costal y verme lejos de mis padres y hermana me provocaba pavor...se nota que ya tiene varios ayeres mi infancia, cierto? A los niños de hoy en día no los espantas con semejante leyenda.
Después, cuando la pubertad llegó y en casa solo quedamos 2 de los 4 miembros de la familia, me era muy común recluirme en cuanto pudiera: historietas de acción (gracias Karmatrón, sin ti no se qué hubiera hecho), dibujar bestias a lo bestia o a tratar de buscar refugio (y me parece que era mutua esa búsqueda) con mi madre, lo cual agradezco en demasía por que al acercarnos tanto, ella se ha convertido en mi mejor amiga y vaya que me conoce.
Hay veces que quiero recordar todo ese ayer, pero mi mente no me ayuda. De repente tengo vagos recuerdos de cuando solo nos quedamos mi madre y yo.
Al tiempo, esa turbulenta etapa se apacigüo, pero la depresión dominical nunca cedió, siempre se aparece, y hasta puntual es la hija de Freud por que siempre es en horario vespertino cuando me da esa sensación de no se que...se me hace que es como lo que siente Guille cuando Mafalda está en la escuela, un vacío en la panza que revuelve tantos sentimientos: temor, soledad, culpabilidad, miedo, inseguridad y un largo, muy largo etcétera.
Lo curioso es que nunca me había atacado durante la semana, siempre se reserva para aparecer y tumbarme los domingos, y ahora, muy cínicamente, se presenta el día viernes así como si nada. Viernes, día en que uno ya puede salir y botar todo por la ventana por que se ha concluído una semana más de labores, día en que uno puede dejar los pendientes para el lunes aunque tengan elevada urgencia, día en que se puede reunir con los amigos para charlar de trivialidades o de importantes asuntos pero eso si, siempre sin forzar el ánimo.
Lo que no se, es que hacer para espantarla, ya la tenía dominada los domingos, pero...¿los viernes? ¿Qué hago para que se aleje? Por que los domingos termino por dormirme y listo, al otro día no hay restos de ella, pero los viernes siempre tardo en dormir.
En fin, dejemos que la vida fluya...
Y mientras se hace ese fluir, estoy escuchando una canción que no se si cabe en este momento, pero es la compañera de este depre-viernes y como que tiene ganas de salir en esta entrada, se llama "Desnudo" es de Consumatum Est y es un pedazo de canción:
Decirte que a veces me he engañado
Saber que no soy lo que creo
Es difícl como estar desnudo
Mirar tus ojos que no temen
Medir tu risa que no acaba
Oír tu voz que no ha mentido
Es sencillo como estar desnudo
Quiero quedarme aquí
Donde tu sombra cae
Donde no muere nada
Donde duele ser feliz
Donde duele estar tan vivo
Afuera todo es tan pequeño
No cabe tu voz ni tu mirada
Afuera todo es imposible
No puedo estar desnudo allá
Quiero quedarme aquí
Donde tu sombra cae
Donde no muere nada
Donde duele ser feliz
Donde duele estar tan vivo
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